En estas últimas semanas se ha dado en mi parroquia la segunda edición de la Escuela de padres. Han sido tres charlas sobre la comunicación en la familia, la comunicación con el adolescente y la comunicación con el niño. Para clausurar la última de las charlas, ayer, nos pusieron este video, que comparte nombre con el título de esta entrada:
Con él nos han recalcado que los niños aprenden sus respuestas a la vida de nosotros, sus padres, que somos su modelo a seguir. Seamos o no conscientes de ello, cada día están percibiendo como nos relacionamos con ellos, con la familia, con los amigos, con los desconocidos, y es clave para la forma en que ellos lo harán. Yo veo ahora los frutos de la educación (consciente e inconsciente) que me dieron mis padres. En muchas ocasiones me doy cuenta de que mi trato con desconocidos se asemeja mucho al que he visto siempre en ellos. O también suelto las mismas frasecillas para corregir a mis hijos, o discuto con mi marido empleando tonos parecidos a los que he visto en ellos.
Los niños son esponjas, no sólo de muy pequeños puesto que las personas seguimos formando nuestra personalidad y nuestra manera de relacionarnos con el entorno hasta que entramos en la edad madura, y eso es bastante tarde. Por eso hemos de tratar de educarles para que sean generosos, pacientes, respetuosos, para que respondan con el bien... y la mejor manera de enseñarles es empezar por hacerlo nosotros mismos, predicar con el ejemplo.
En las charlas también recalcaron la importancia de comunicarnos con cada hijo según sea él. Para ello debemos dedicar tiempo (es más importante en esto la calidad que la cantidad, así que los padres con poco tiempo también se pueden aplicar) a conocer profundamente el corazón de nuestro hijo, para ayudarle en la medida de sus necesidades y de sus capacidades. Para comunicarnos con él de manera efectiva pero sin hacerle daño. Para indicarles el camino, que es la finalidad última de nuestra educación, indicarles para que sean ELLOS quienes lo recorran.
5 comentarios:
Desde luego que por regla general nos comportamos en lo básico según la educación que nos han dado nuestros padres, y seguimos las conductas o costumbres que vivimos. Todo lo que enseñemos a nuestros hijos será importantísimo en su modo de actuar después. Saludos.
Estoy totalmente de acuerdo y me gusta especialmente la frase 'conocer el corazón de nuestro hijo'. A veces pensamos que todo es cuestión de caracter, pero la educación pesa mucho, sobre todo la educación que se recibe a través del ejemplo.
Un abrazo!
No se puede estar más deacurdo con el vídeo de lo que estoy yo. Los niños son como esponjas y hagamos lo que hagamos ellos ven e imitan. Que suerte el poder participar en estos cursos. Un abrazo Clo
Por eso hay que ser especialmente coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos. Los peques tienen un radar especial para detectar TODO.
Por eso hay que ser especialmente coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos. Los peques tienen un radar especial para detectar TODO.
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios, de ellos se nutren los blogs.