Ésta frase, popularmente atribuida a la célebre Mafalda, se entrelaza últimamente con mis pensamientos. No tiene nada de cierto, el mundo no desaparece porque yo cierre los ojos, y los adultos sabemos bien que cuando los volvamos a abrir los problemas, las preocupaciones, las deudas, los conflictos, las guerras, todo seguirá ahí. También seguirá ahí la belleza de la creación, y nuestros seres queridos.
No obstante es algo que los niños no saben, y es por eso por lo que muchos bebés lloran cuando no ven cerca a sus padres o a quien les cuida normalmente. Al desaparecer de su campo de visión los pequeños creen que desaparecen del mundo (en parte, desaparecen de su pequeño mundo) y se sienten solos, les da miedo y lloran. También les pasa algo parecido cuando son todavía muy pequeños y por eso hay muchos que no quieren dormir, pues piensan que lo que tienen cerca en ese momento (mamá, papá, su muñeco preferido, su chupete...) desaparecerá cuando cierren los ojos y eso les da miedo. Todavía no entienden que cerrar los ojos no es suficiente para que algo desaparezca, y por ello recomiendan los "expertos" que se les de algún muñeco o sábana que les guste mucho, para que al despertar la vean y poco a poco interioricen que no desaparecerá, y así vayan perdiendo el miedo a dormir o a estar solos.
Pero la cosa no acaba ahí. Últimamente me he dado cuenta de que esa creencia dura más de lo que yo pensaba. Mi hijo mayor tiene ahora 31 meses y sigue creyendo esto. Tanto es así que en ocasiones, si le veo haciendo algo que no debe y se da cuenta, o si le riño, él cierra los ojos, con fuerza, para hacerme desaparecer. Más de una vez he tenido que plantarme delante suya y repetirle varias veces que me mirase a los ojos durante una regañina, y por lo que veo es algo que seguiré teniendo que hacer con él, a no ser que lo desee tan fuerte que consiga "chas", desaparecerme.
7 comentarios:
Ojalá los mayores pudiéramos hacer esto también. Las cosas son más sencillas para los niños...
Es cierto, los mios se esconden para ver si yo no sigo para la regañina, pero por suerte eso no pasa, aunque en ocasiones, ojalá pudíesemos tener ese deseo que tienen los niños. Un abraz y bienvenida otra vez, es un placer. Un abrazo
¡Bienvenida, Clo! Es cierto lo que dices, mis hijas dormían con su peluche preferido, y no tuvieron miedo. Cada niño es un mundo.
Un beso.
Jaja, no desapareces ni tu ni la regañina,no?
Curiosa explicación que no la había oído.
Besos!!!
*Elige, tienes razón.
* Releante, gracias. También a ti *Rosa, qué alegría leerte por aquí. Hay una entrada tuya que quiero comentar pero es tanto lo que diría que no sé si lograré sintetizarlo.
*Nube, besos a ti también.
Oye voy a probarlo. Cerraré los ojos y a ver qué pasa ;)
Cerrando los ojos otras sensaciones se maximizan... pero cerrar los ojos cada tanto... no lo veo mal. Te dejo mi mail, asi me contactas? a ver si podemos hacer algo con nuestros blogs? Willydekid@yahoo.de
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