Siempre le he dado muchas vueltas
a cómo conseguir transmitir el amor a la lectura a los niños, y sobre ello he
leído siempre que nunca es demasiado pronto
para ojear un libro . Todos los expertos parecen estar de acuerdo en la
importancia de leer a los niños pequeños, e incluso afirman que es bueno leer
al bebé cuándo todavía está dentro del vientre materno.
Nosotros nunca hemos puesto
demasiado empeño en esto, y eso que a mí me gusta leer. Pero la pereza de leer
a un niño tan pequeño que no consigue dejar que termines una página (aunque
tenga tres líneas) antes de pasar a ver la siguiente siempre ha podido conmigo.
Pese a todo al enano le gusta leer, bueno, de momento le gusta ojear libros,
revistas y todo lo que se le ponga por delante. Desde muy pequeño le entusiasma
pasar páginas (a la mayoría de los niños, supongo) y por ello le compramos
algunos libros de palabras sencillas, números, colores, etc.
Sin ir más lejos ayer se puso a
ojear algunos de sus libros y le pidió a su padre que le sentase en la silla
del comedor como hacemos los mayores. Estaba tan gracioso que le hicimos la
foto que podéis ver, y ni me acordé de que hoy -qué casualidad- era el día del
libro.
A favor nuestra diré que la yaya
nos regaló esta misma semana -otra
casualidad- un libro de historias breves para antes de ir a dormir y ya
estamos leyéndole una cada noche. De momento le encanta y se ha tomado genial
que el momento-biberón llegue un poquito después, cuando terminamos de leer la
historia. Así que os animo a regalar libros a los niños desde temprano, nosotros seguiremos comprándole ¡que hay que cuidar esa afición suya a los libros!
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