Cartera en mano

    La verdad es que es un sol, eso hay que decirlo lo primero de todo.

    Resulta que hace unos días me hice daño en un dedo del pie y ahora estoy coja cojísima, vamos que andar ando poco, así que tengo al enano en el parque rato sí rato también cuando estoy sola con ellos en casa. Pero lo lleva bien, se lo está tomando con mucha filosofía y busca entretenimientos constantemente para sobrellevar la situación.

    El otro día estaba amamantando a su hermana y él llevaba un rato sin hacer ruido. Yo pensé 'qué bien, está súper tranquilito hoy', y no me preocupé demasiado. Total que al cabo de un buen rato me doy cuenta de que está 'demasiado' entretenido y oigo ruidos de papeles. 'Pero si no le he dado ningún libro ni nada!'. Y no, no era un libro ni nada, era mi cartera, que como le había dejado el parque al ladito del carro y la bolsa de paseo estaba abierta pues él se había entretenido sacando tooodas las toallitas (últimamente le ha cogido afición a eso y tenemos que tener cuidado de que no pille los paquetes porque no deja ni una!) y desvalijándome la cartera:

    Cualquier día me hubiera dado por liarle una buena bronca, pero en realidad había sido yo la que había dejado todo a su alcance y me había enfrascado en el cuidado de la otra sin prestarle demasiada atención. Así que tras tomar constancia fotográfica lo recogí todo como pude (recordemos que estoy coja y ese día estaba peor) y di gracias a Dios por estas criaturas que me ha regalado.  

    Y es que hay niños que no tocan nada (como yo, según recuerda mi madre) y niños que no dejan títere con cabeza. Mi enano es un ejemplar de los segundos, su padre lo escusa asegurando que tiene tanta curiosidad y ganas de aprender que no puede controlarse y yo poco a poco voy aprendiendo a lidiar entre no dejar a su alcance las cosas delicadas o peligrosas para él y enseñarle a recoger lo que tanto le entretiene desordenar. Con ello yo, a estas alturas, educo poco a poco mi paciencia.