martes, 20 de noviembre de 2012

Mudarse


 

    Estos días paso poco por aquí, reviso vuestros blos mientras descanso un poco a mediodía y como mucho si tengo un rato comento, pero tampoco mucho porque doy un repaso a los blogs en el móvil y me pone mala comentar desde ahí (se me mezclan las letras, se me va la pantalla y no puedo revisar/corregir el comentario, etc.).
 
    Se debe a que estamos de mudanza. Sí, estamos contentos e ilusionados pero...pero estoy demasiado cansada. Al principio tenía tantas ganas e ilusión que bien pero conforme se acumula la faena (pintar, limpiar, recoger trastos, etc.) voy perdiendo fuelle. Y esque una no es supergirl y tener dos peques y gestar un tercero pasa factura. La barriga ya ha crecido como para molestar, no puedo levantar demasiado peso, me cansa estar en cuclillas. Vamos, que estoy hecha una pena.
 
    En cuanto tenga más tiempo (y ganas) prometo volver a coger los temas con alegría y contaros los avances de los enanos, qué tal ha ido la mudanza, cómo va el embarazo, o si tengo algún truco nuevo (o recupero alguno que ya tenía y no había comentado). Pero ahora lo único que quiero es DESCANSAR.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Ser madre

 
 
 
Lo vas a hacer bien.
 
    Hace unos días me llegó este video al correo. Dodot emociona con imágenes de los momentos más dulces del nacimiento de un bebé. Momentos llenos de alegría, de dulzura, y también de miedos.
 
     Y tranquiliza a las futuras mamás asegurándoles que "lo van a hacer bien". La preocupación por no llegar a ser una buena madre es algo común entre nosotras, ¿quién no ha dudado de si sabrá entender al bebé?¿quién no ha dudado de ser capaz de sacarlo adelante? Estos miedos no sólo son lógicos, sino que demuestran que ese hijo va a ser para nosotras tan importante como la propia vida. En su crianza se da lo mejor de una misma, se entregan sueños, ilusiones, fatigas, pasiones, se entrega el ser. Por eso estos miedos no son exclusivos de las madres primerizas. Cada hijo es diferente, nace en una situación familiar diferente, y la madre ha cambiado con respecto a cuando tuvo su anterior/sus anteriores hijos. En mi caso los miedos me han acompañado en cada nuevo embarazo. No me desvelan las mismas cosas, pero aparecen otras que también siembran dudas sobre mi maternidad.
 
    Como dice el video cuando nace un niño nace también una madre. Aprendemos a ser madres con nuestros hijos. Cada día estamos aprendiendo, los retos de hoy no serán los mismos que los de mañana, y los comportamientos o necesidades de un hijo no serán los mismos que los de otro. Cada uno es diferente, y se es madre, por primera vez, con cada hijo.
 
    Esto que digo es a la vez intrigante y hermoso. A mi me parece precioso poder ser madre diferente con cada uno de mis hijos. Eso es el ser madre, responder a cada uno por sí mismo, y esta reflexión me lleva a pensar en lo que Dios Padre hace también con todos nosotros, hijos todos pero también hijo cada uno.
 
   

martes, 6 de noviembre de 2012

¡Mira quién habla también!


 
    ¡La peque de la casa habla! Bueno, dice ya muchas cositas sueltas y algunas nos parecen realmente increíbles para los 10 meses que tiene.
 
    Hace bastante que aprendió a decir (conscientemente en la mayoría de las veces) papá y mamá, aunque bien es cierto que como el otro prefiere decir papá...debe ser que es más sonoro y les gusta más, me resisto a creer que conscientemente me vean sacarles de la cuna, cambiarles el pañal, darles la comida...y mientras ellos digan papá porque se acuerdan de él! Jajaja
Bromas a parte, hace bastante más de un mes que cuando dice hola (que en su boquita suena a hala, pero quiere decir hola) saluda con la mano. Y desde hace aproximadamente tres semanas a la peque le encanta decir galleta, sí sí, habéis leído bien, galleta. Nosotros fuimos los primeros sorprendidos cuando durante un almuerzo en el que les dábamos a ambos galletas la niña, esperando ansiosa que le diésemos un trozo, nos soltó un sonoro
 
-alleta
 
    Nos quedamos todos, incluso su hermano, estupefactos. No es algo que le hayamos enseñado ninguno y coincidiréis conmigo en que es una palabreja mucho más complicada de las habituales a estas edades. Pero esque por algún lado tenía que explotarle esa vena monstruo-de-las-galletas que ha heredado (y su hermano también) de su familia paterna. No es que lo dijese por casualidad, han sido ya muchas las veces que viendo que alguno nos comíamos una galleta o que nos disponíamos a darle una galleta a ella su dulce vocecilla ha pronunciado de nuevo esa palabrita.
 
    Además hace tiempo que dice cae al caerse o al dejar caer algo al suelo, y que llama tete a su hermano. O cuando se cae y le ayudamos a levantarse dice ya ta (ya está) o si le estamos limpiando la cara o cambiándole el pañal y quiere que paremos también dice ya ta. E incluso dice oca cuando quiere que le choquemos la mano... es muy graciosa!
 
    Y estos últimos días está mi madre en casa y como su hermano la llama yaya ella ya ha aprendido cómo tiene que llamarla, y por ejemplo al sacarla hoy de la cuna ha repetido varias veces ¿yaya?  con un claro tono interrogativo porque la estaba buscando.
 
    Al principo de la entrada os dejo la imagen de esta simpática peli de los años 90, no sólo por la relación con el tema sino también porque los niños dan un cierto aire a mis peques.